De bodegas: otra forma de conocer Lanzarote

La isla de Lanzarote, en los escasos 80 kilómetros que cuenta de punta a punta, atesora rincones todavía no explotados por el turismo masivo. Una de las formas más interesantes de viajar a este paraíso natural es la de albergarse en una casa rural del interior y conocer las espectaculares bodegas de malvasía, en las que la vid crece entre las negras arenas de las erupciones volcánicas. Un viaje que se puede planificar con libertad a través de agencias on line o en las propias webs de los establecimientos turísticos.

Viñas en Lanzarote

La oferta de turismo rural en la isla es reducida, pero variada y de calidad. Desde acogedoras casas terreras de alquiler completo hasta hoteles rurales, pasando por antiguas casonas de campo rehabilitadas, con todas las comodidades y un inconfundible ambiente añejo.

Para este viaje, lo ideal es buscar alojamiento en los pueblos de Yaiza o Tías, a través de los que se extiende la carretera que serpentea entre cráteres y que conduce a los numerosos de la Geria, la zona vitivinícola. Establecimientos típicos y modernas bodegas de autor donde es posible catar las variedades de la Denominación de Origen Lanzarote y degustar otros productos de la tierra, como el queso y la carne de cabra y las papas arrugás.

El trayecto puede ocupar varios días, ya que incluye la visita al Parque Nacional de Timanfaya, el paso por el museo del vino y parada obligada en locales nocturnos con buena música en directo. Existen agencias que ofrecen completas excursiones guiadas, pero también es una buena opción alquilar un coche descapotable, a muy buen precio, y tirar de mapa, rumbo a la aventura.